Capítulo 80

LUNA

-Luna!!

Alguien me llamaba a mis espaldas, y como no conocer esa voz? era Hugo, sin saber porqué dejé que de mi boca saliera una pequeña sonrisa, a lo que Hugo al verme sonreír y acercarme hacia él también sonrió.

-Que pasa? Dijo a la vez que me abrazaba.

-Por?

-Nada, como vienes sonriendo...

-Te parecerá una tontería, pero al escuchar tu voz no pude evitar sonreír.

-Jejeje y eso?

-Nosé, estas cosas solo me pasan contigo.

-Jejeje.

Me agarró de la mano y entramos en casa, el miró hacia los lados lo que me extrañó un poco.

-Que pasa?

-Espera.

Me agarró de la mano y me llevó hacia la cocina, cerró al puerta y me hizo un gesto para que me sentara en la silla a su lado.

-Que pasa?

-Esque está Marcos arriba.

-Y? Dije extrañada.

-No nos puede escuchar.

-Por?

-Luna, tienes que hacerme un favor.

-Claro, lo que quieras

-Mira, dentro de poco es el cumpleaños de Marcos y me gustaria que me acompañaras a comprarle una alianza.

-Una alianza?

-Sí, esque...

-Esque que??

-Voy a pedirle que se case conmigo.

Abrí mis ojos todo lo que pude y me puse de pie.

-Casarte?

-Sí, le quiero Luna, y me parece un día perfecto para decírle que comparta su vida conmigo.

-Claro que sí Hugo, que buena idea.

Hugo se levantó y me abrazó con fuerza.

-Te quiero. Me susurró al oído.

-Yo también.

-Voy a subir a ver como están Elena y África, cuando quieres que vaya contigo las alianzas?

Vi como Hugo me ponía carita de niño bueno, cosa que ya conocía esa cara, sabía que algo quería pedirme.

-A ver,.. que quieres?

-Esque no me acordaba que le había prometido a Marcos hoy ir con él al cine, puedes ir tú a ver los alianzas?

-Yo?? Pero que dices? eso es algo que tienes que ver tú, yo solo podré aconsejarte, no elegírtelos Hugo.

-Ya,... pero vas y miras, y mañana voy contigo y me dices cuales fueron los que te gustaron, vale??

-Bueno... asi de paso paseo un poco a las nenas.

-Vale, muchas gracias - dijo dándome un beso en la mejilla - eres la mejor.

-Sí, si, la mejor.

Yo subí arriba a por las nenas para salír, sigo pensando que eso devería ir a verlo él pero... es mi amigo y se merece que le haga ese favor. Nada más salír de casa pude ver como Marcelo cruzaba la calle a lo lejos, iba de la mano de una chica, rubia, alta, y desde donde la estaba mirando parecía guapa, fruncí el ceño y seguí caminando, sinceramente nose porque me molestaba verlo con una chica, si total... él no estaba conmigo y tenía todo el derecho a estar con quien quisiera, será que me gustaba? será que empezaba a sentír cosas por él?

Ring... Ring... Ring

Vi quien llamaba y como no? Era Joaquín, llebava ya dos días sin llamarme, y lo echaba de menos, igua suena un poco contradictorio, pero esque si me llamaba es porque aún pensaba en mí. Pero aún así colgué, escuchar su voz me haría más daño aún que el querer olvidarlo.
De camino econtré una joyería se llamaba "Dyamant" y decidí entrar, a la vez que entraba me quedaba mirando a las joyas que había a los lados en unos expositores.

-Hola!! Dije alzando un poco la voz, ya que en el mostrador no había nadie.

-Ya va!!!!! Dijo alguien desde algun punto de la joyería

-No me lo puedo creer. Dije nada más ver quien era la persona que aparecía tras la trastienda.

-Luna??

-Sí, no me ves o que?

-Que ilusión verte.

-Quería ver unas alianzas porfavor.

-Alianzas? Dijo sorprendido.

-Si.

-Te vas a casar acaso?

-Eso no te interesa, enséñamelas y listo, sino me voy, que esta no es la única joyería del pueblo.

Estaba molesta, estaba muy molesta con él, igual no tenía porqué, pero lo estaba, me había dolido verlo con otra chica de la mano, y aún por encima me dice que se alegra de verme?

-Te pasa algo Luna?

-Por?

-Te noto rara.

-Mira, mejor me voy.

Me di media vuelta decidida a irme cuando noté como me agarraba del brazo para detenerme.

-Dejame. Dije enfadada.

-Pero que coño te pasa? Porque estás así? Hace unas horas estabas súper encantadora conmigo, y ahora...

-Déjame irme, no quiero hablar contigo.

Me soltó, delicadamente me soltó del brazo para dejarme ir, salí de allí con los ojos empapados en lágrimas a la vez que enfadada, que me estaba pasando? Amaba a Joaquín, pero notaba algo dentro de mi pequeño corazón que me decía que algo empazaba a palpitar por Marcelo. Hay veces que sin querer te das cuenta que tu corazón a decidio comenzar a latír por alguien, cuando te das cuenta es cuando ya estás totalmente atrapada por ese amor, sin poder evitar sentír dolor cuando ves algo como lo que acababa de ver, el verle con esa chica me había dolido, hay es cuando te das cuenta de a quien quieres verdaderamente. Mi vida ha sido un ir y venir de sentimientos, nada había sido fácil para mí en la vida, siempre me he valido yo sola para salír adelante, nunca me ha echo falta nada ni nadie, y lo de Joaquín.. buff lo de Joaquín.. ha sido la última cosa por la que me he decidio a sufrir, no quiero volver a pasarlo mal por nadie, asique... no podía permitirme volver a sufrir por nadie, a partír de ahora solo viviría por y para mis nenas.

-Hijas mías vamos a ír a junto vuestra tía, iremos al mueye.

Eso hice, me dirigí al mueye, allí podría sentir a Elena, sentir su cariño, sentír su calor.
Como siempre... cuando me iba acercando al mueye, automáticamente en mi cabeza comenzaba a sonar múscia,  de esa música que me hacía recordar a Elena. 

-Hola Elena. Te he echo tanto de menos...

Sentí como la brisa, esa brisa dulce y cálida acariciaba nuestros rostros, yo apreté fuertemente mis ojos, los apreté tan tan fuerte que pude sentír dolor al hacerlo.

-He venido a contarte que.... creo que me estoy enamorando - cogí aire - si Elena si, enamorando, quiero a Joaquín más que mi vida, pero a por Marcelo siento algo especial, buff, no quiero sentir esto que siento, no quiero Elena.

Lentamente unas lágrimas brotaban de mis ojos, los sequé con el puño de la chaqueta y bajé la mirada, sentí de nuevo esa brisa por la nuca, ella siempre me abrazara por la espalda cuando me veía llorar, venía por detrás y me abrazaba fuertemente por la cintura, me decía que si apretabas fuerte la barriga, las tristezase iban bajando hasta llegar a los pies, y ahí, poco a poco se iban desvaneciendo.

-Ya lo siento Elena,,, siento como se están llendo a los pies.

Había momentos en los que ir al mueye a hablar con Elena me traquilizaba, era impresionanate lo que sentía cuando iba allí, la sentía tan tan cerca de mí, como si no estubiera muerta, sentia que ella desde donde estubiera velaba por mí, por Elena y por África, y que cuando le hablaba me escuchaba atentamente, y eso me hacía sentir bien.